lunes, 28 de octubre de 2013

La energía como material de proyecto
Los procesos que acarrea la arquitectura de hoy día soslayan más de lo que era la pura geometría como condicionante fundamental de creación propia del siglo XX. Tanto la energía como el entorno medio ambiental se convierten en herramientas constituyentes de proyecto, un material más de adecuación integradora. De ahí la importancia en el estudio de esas formas que se consolidaron como tradicionales, fruto de una dura labor cultural arraigada en lo empírico, que hicieron surgir sociedades y civilizaciones triunfantes bajo unas condiciones climáticas realmente duras.

La masa, la inercia térmica como concepto de proyecto. Capadocia

Capadocia es una región de Turquía con unas características peculiares que la hacen única en todo el mundo. La composición geológica del terreno es calcárea y, sus cualidades de dureza blanda permitieron esa generación tan peculiar de arquitecturas y galerías cavadas en su interior. Dada la gran inercia térmica natural de las montañas, la existencia de pozos y acuíferos lograron el desarrollo de grandes ciudades bajo tierra del antiguo Imperio bizantino, como la ciudad de Kaymaklı.

El viento, aprovechando su fortaleza. Captadores de viento
La tradición arquitectónica iraní ideó un sistema captador de viento formado por una serie de torres que permitían y permiten la ventilación natural y la refrigeración a favor de un aumento del confort.


Se reutilizan los qanats (canales subterráneos para el transporte de agua) para la disminución de temperatura por evaporación y ósmosis de esas grandes masas de aire caliente procedentes del exterior desértico, comunicados por pozos de acceso vertical que actúan como entrada de aire. Esas masas de aire ya refrigeradas circulan finalmente ya en las dependencias a tratar, gracias a las depresiones y sobrepresiones que ejercen esos grades captadores orientados según los vientos dominantes del lugar. Este tipo de arquitectura milenaria viene como herencia de aquella antigua cultura persa.


Utilización del agua como origen perpetuo
Los jardines colgantes de Babilonia, al sur de Bagdad, fue considerada por los antiguos griegos en tiempos de Alejandro Magno como una de las siete maravillas del mundo antiguo. El arte de la cultura del agua y su dominio tuvieron un gran significado para esta civilización de la antigua Mesopotamia. Consiguieron mediante técnicas que aún nos son desconocidas la elevación de agua a unas grandes alturas y, con ello y por efecto de la evapotranspiración y microclimas artificiales, lograron mitigar las elevadas temperaturas que en esas latitudes el sol irradia.
La climatología y la orografía como legado en el presente de actuación

Toda la herencia constructivo-tectónica que la historia nos permite, nos vislumbra el tortuoso camino ante la incertidumbre energética. La bondad del clima, de la natura, de la orientación, los vientos dominantes, la geotermia,… se convierten en una herramienta más integradora de ese confluir arquitectónico actual.
Se trata, en definitiva, de la experiencia climatológica como factor clave del buen saber.